Prácticas empresariales para hacer frente a una crisis económica mundial

Por Gerardo Soto, Director de Ventas de Givex

El COVID-19 cambió todo. El virus sacudió los mercados bursátiles y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) dice que la economía mundial crecerá tan lentamente como lo hizo en 2009, y los inversionistas temen que los esfuerzos del sector público no sean suficientes para evitar la recesión. 

Bolsa de valores

La pandemia obligó a las empresas de todo el mundo a concebir de manera diferente sus modelos de negocio, modificar su cultura corporativa y evaluar su panorama industrial en busca de nuevas oportunidades financieras. Por ejemplo, la industria alimentaria (restaurantes) fue una de las primeras en cambiar sus operaciones. La emergencia sanitaria obligó a este sector a confiar más que nunca en la tecnología o las aplicaciones para garantizar que los pedidos de alimentos sean más eficientes y evitar de esa manera el contacto directo. 

Con los mercados en apuros, la pregunta en la mente de cualquier negocio es: ¿cómo podré enfrentar esta crisis mundial? La primera recomendación es que el diseño de los planes estratégicos debe ser a corto o medio plazo por semana y  a un mes como máximo. Es importante prestar atención a la información de los medios de comunicación (especialmente a la relacionada con su ecosistema comercial), porque en un escenario tan volátil como el actual, las reglas del juego pueden cambiar en un abrir y cerrar de ojos. 

Entonces tendrá que mantener una comunicación transparente para fortalecer las relaciones con los dos recursos humanos más valiosos: clientes y los empleados. Hoy más que nunca la lealtad de tus consumidores debe asegurarse, haciéndoles saber que habrá formas alternativas en las que tu producto o servicio seguirá teniendo el mismo impacto positivo en sus vidas. 

En el caso de los empleados, su salud es lo primero y deberán seguirse todas las recomendaciones emitidas por las autoridades sanitarias. Antes de pensar en los despidos (recuerde que todo puede cambiar en un instante), es necesario optar por esquemas como la reducción de las nóminas o la contención de otros gastos no esenciales, ya que a veces es más caro tener que volver a contratar al personal y capacitarlo. 

Ante el escenario actual, los bancos de muchos países han reducido sus intereses, al mismo tiempo que las instituciones gubernamentales conceden préstamos a las empresas de rescate. En el caso de que se solicite un préstamo, es importante crear una lista que registre el flujo de capital en la que los gastos y los ingresos estén bien diferenciados. 

Pero no todo son malas noticias. Esta incertidumbre también puede ser un gran momento para mejorar los procesos a través de la colaboración entre los líderes empresariales, los socios y los clientes. Esto despierta nuestra capacidad para resolver problemas y estar preparados para lo que pueda venir más adelante. 

Como punto final, ninguna empresa está 100% preparada para protegerse de una situación esta magnitud. En este punto y en un ejercicio de autocrítica, los directores generales, los propietarios, los responsables de la toma de decisiones y los inversores deben pensar en el futuro, ir un paso más allá e idear un proyecto que proteja todo lo que representa su negocio.