Un escenario desafiante pero lleno de oportunidades
Por Carolina Bruzzone, Directora de Estrategia de Geometry Argentina
Una vez una jefa global que tuve me preguntó si tenía hermanos. Le dije que si, somos tres mujeres las Bruzzone. Me preguntó si éramos unidas. Lo somos, porque es muy italiana mi familia. “¿Y qué hacen ellas?” me preguntó. Le dije que la más chica era psicóloga, que la del medio tenía una inmobiliaria. Y yo, estratega en publicidad. Tres trabajos sin conexión, aunque fuéramos muy unidas. Ella me miró y me dijo: “Yo no sé si están tan desconectados sus trabajos. Una estudia la psicología de las personas, otra vende casas, lotes y departamentos. Y vos estudiás a las personas como la psicóloga, para vender productos y servicios como la de la inmobiliaria”.
Sin dudas el comercio es una expresión del ser humano en su condición social de interacción. Y a la vez es también una expresión individual porque lo que compramos habla de nosotros y en muchos casos nos define. Por eso lo que hacemos es indivisible de lo que pasa y cómo nos sentimos con eso.
El Coronavirus está interrumpiendo el comercio tal como lo conocemos. Y por primera vez en mucho tiempo, es algo que sucede a nivel global al mismo tiempo. El mundo se vio obligado a pausar. A convivir con la idea de tener una “vida pequeña” por un tiempo, hasta que todo pase. A acomodarnos. A comprar lo disponible. A re-jerarquizar dónde ponemos nuestro dinero en base a las nuevas necesidades.
Esto es claramente un escenario súper desafiante, pero a la vez lleno de oportunidades.
Oportunidad para entender, por ejemplo, si las nuevas costumbres se van o se quedan y cómo se adaptan las marcas a eso. O de convertir a los “first-timers” en usuarios regulares. Oportunidad para reinventar las activaciones o las experiencias de marca después del social distancing y la asepsia generalizada. O para incentivar el turismo doméstico cuando podamos volver a pensar en vacaciones. Viajar en auto, conocer el país. Definitivamente una oportunidad para que las marcas que aún estaban retrasadas se suban a la digitalidad. Y no hablo de la comunicación, sino de la comercialización, algo que nos deja este momento es que el digital-commerce se volvió esencial. Pensar en analógico a la hora de mostrar lo que hacemos o las maneras de venderlo, es pensar 2019, o como algunos ya están diciendo AC (Antes del Coronavirus).
Nadie sabe cómo va a seguir todo, lo que es seguro es que luego de esta pandemia se configure una nueva normalidad. Una normalidad que es imposible definir con claridad ahora, lo único que podemos hacer es prepararnos lo mejor posible para lo que venga. Donde lo que hagamos va a ser más importante que lo que digamos y donde más que nunca la conversión va a ser el objetivo definitivo de cualquier marca. Sin olvidarnos que lo que hacemos involucra personas, y toda su complejidad y belleza. Consumidores, clientes, shoppers que van a estar golpeados, sensibles, reconfigurando. Y que nos van a exigir más que nunca, a las marcas y las agencias, que hagamos las cosas bien.