La tecnología como nuevo motor de la industria tras la contingencia sanitaria
Por: Ottmar Kappes, Country Manager de Altair en México
La pandemia global del COVID-19 ha trazado una línea divisoria en la la forma de hacer las cosas. Indudablemente, hay un antes y después en la vida de todas las personas. Quien espere que todo vuelva a ser como era en el último trimestre de 2019, sin duda deberá dar un vistazo a su alrededor y darse cuenta que la nueva normalidad está frente a nuestros ojos.
Videoconferencias, conciertos en línea, bancos digitales, compra y venta desde un teléfono y servicio de entregas hasta tu casa -por nombrar algunas-, son actividades que, si bien ya se encontraban en uso antes del brote de coronavirus, hoy se han vuelto esenciales e incluso, necesarias, ya sea para nuestro entretenimiento, o como medio de trabajo.
La gran constante de lo antes mencionado es el rápido avance de la tecnología, que funge como medio de cohesión y herramienta para mantener en funcionamiento una sociedad que está viviendo en un periodo de incertidumbre.
En momentos como los que hoy vivimos, aparecen las crisis y las oportunidades que, históricamente, impactarán de manera positiva en todo el estrato social. Así como en su momento la máquina de vapor, la electricidad, los métodos de producción en masa y la irrupción digital fungieron como como agentes de cambio en el mundo; actualmente estamos en la línea del siguiente paso en la revolución que lidera la tecnología.
Hoy, el almacenamiento en la nube, la inteligencia de grandes volúmenes de datos, la simulación por computadora y el Internet de las cosas, se erigen como los nuevos elementos para establecer la nueva realidad industrial. Gracias a ellos y a su aplicación, podemos continuar nuestras vidas durante la contingencia.
Un ejemplo claro de esto es, sin duda, el comercio electrónico. Respaldado por datos precisos sobre los hábitos de compra y formas de consumo de un internauta, esta industria está en un periodo de crecimiento exponencial, siendo la manera más rápida y segura de comprar y vender productos, sin la necesidad de arriesgarse al salir de casa. Así lo muestra la consultora Kantar WorldPanel, arrojando que México fue el país que más compradores ha sumado, teniendo un crecimiento del 500% de penetración en el ecosistema latinoamericano del e-commerce.
¿Dónde más podemos ver el impacto positivo de la tecnología al servicio de la industria? Sin duda, en la educación y en el ecosistema laboral, sectores esenciales que hoy lucen revolucionados por medio de videoconferencias y plataformas de organización y gestión de actividades, como Google Classroom. Esto ha facilitado de manera importante la vida de estudiantes, profesores y trabajadores durante la contingencia y, ciertamente, no podría haber llegado a lo que es hoy sin la ayuda del desarrollo de softwares y herramientas impulsadas por modelos estadísticos y de análisis de millones de datos para trabajar en la nube.
Statista ha arrojado en sus estudios que, el 64 por ciento de los empleados pertenecientes a la generación millennial, señalan que tienen flexibilidad para trabajar desde sus casas y, desde 2018, el hogar se ha establecido como el espacio más común para laborar, después de la oficina. Interpretando esta información, no será una sorpresa que, pasada la contingencia, un importante número de empresas adopten esta medida como parte de sus lineamientos o beneficios para sus trabajadores.
Siguiendo esta línea, en Altair hemos puesto nuestra parte para disminuir la curva de contagios y apoyando las labores de trabajo en casa por medio de acciones que garanticen la óptima funcionalidad de nuestros sistemas. Por ejemplo, nuestro personal y clientes pueden trabajar desde cualquier lugar sin sobrecargar los servidores corporativos, garantizando la protección y seguridad de los datos y la facilidad de acceso y ejecución de softwares de Altair desde cualquier lugar y en infraestructura de nube pública.
Y esto, estimado lector, es apenas un ligero asomo de lo que los avances tecnológicos están haciendo para transformar la realidad que vendrá y de la nueva era que está marcando la pandemia de COVID-19, en la que el motor de las industrias en cualquier giro está cada vez más asentada en nuevos dispositivos, manejo e inteligencia de datos y simulación computarizada como herramienta de mejora, optimización y disminución de costos por diseño y producción de objetos.