Millennials sí compramos casa, pero a un ritmo diferente

 

Por Sergio Rojas, Country Manager La Haus México de día, DJ de noche. MBA de UC Berkley. Su objetivo: transformar la industria inmobiliaria con un equipo ganador+tech.

 

Living Room

 

Un reporte del 2018 de la Comisión Nacional de Vivienda apunta que del total de créditos hipotecarios en el país, más de la tercera parte fueron otorgados a millennials. Según el Sistema Nacional de Información e Indicadores de Vivienda (SNIIV), las personas de entre 30 y 59 años de edad, recibieron más del 50% de los créditos otorgados durante el último año. El Estudio Global Nielsen sobre los Estilos de Vida Generacionales, estima que tener casa es una prioridad para una cuarta parte de los millennials encuestados.

 

Comprar casa es una de las decisiones más importantes y una de las inversiones más grandes que una persona realiza en su vida. Sin duda fue una de las metas principales entre los baby boomers y la generación X en su juventud. Pero ¿qué ha pasado con los millennials? Una generación a la que se nos llegó a etiquetar como “arrendatarios permanentes” y que incluso creamos plataformas digitales para encontrar ‘roomies’.

 

Durante mucho tiempo, los que pertenecemos a esa generación (nacidos entre 1981 y 1995) fuimos señalados como una población con poco interés por hacernos de una casa, un auto e incluso de formar una familia. La mira se concentró más en nuestro foco por las experiencias, la conciencia de nuestra huella ambiental y hasta nuestro amor por los gatos. Hoy, los millennials nos encontramos en la última parte de los 20 o ya en plenos 30, representamos el 46% de la población en nuestro país y somos la principal fuerza económica, no sólo en México, sino en el mundo.

 

Hace poco, como parte de la aceleración digital que hemos vivido durante los últimos meses, tuve el honor de estar con el equipo que impulsó una expo virtual de departamentos. Estaba impresionado, pues de las miles de personas que visitaron este proyecto, la mitad eran millennials. ¿Qué no sólo nos interesaban los gatos, los tatuajes, las plantas y los viajes?

 

En Estados Unidos, uno de los países con más datos sobre los movimientos del mercado inmobiliario, nuestra generación representa casi la mitad de las solicitudes de nuevos créditos hipotecarios y casi el 40% de compradores. Con los datos que hemos visto en la CDMX, si bien en menor escala, vemos un dinamismo muy parecido: las generaciones mayores están reduciendo su influencia en el mercado y estamos viviendo un cambio hacia un mayor interés y pronto dominio del grupo millennial.

 

Durante mucho tiempo, como generación retrasamos los tiempos para casarnos, vivir en pareja o tener una familia; hubo una tendencia a mantenerse en casa de nuestros padres o rentando con compañeros. Conforme hemos entrado en los 30 y empezamos a recibir  mayores frutos de nuestro trabajo y algunos comenzamos a tener hijos, hay un mayor interés por la construcción de un patrimonio.

 

¿Cómo podemos ayudar a que esta nueva generación pueda lograr la meta de tener una casa? ¿Cómo llegar y ganarse a este grupo?

 

Por un lado sin duda tenemos el tema económico: aprovechar el momento de baja en las tasas de interés del mercado inmobiliario, impulsar los créditos hipotecarios mancomunados entre parejas millennial, así como brindar más y diversas opciones. Una tendencia cada vez más  común entre algunos desarrolladores, y que es muy ad hoc a nuestra generación, es la posibilidad de obtener enganches diferidos. Otra opción interesante es brindar acceso a precios de preventa: esto amplía las opciones para un sector dentro de la población millenial que puede costear una mensualidad entre 13 y 20 mil pesos.

 

Dentro de la oferta que genera mayor interés, hemos podido reconocer algunas tendencias relacionadas con estilo e intereses de vida comunes entre la generación, que ahora se toman en cuenta para el diseño y comercialización de inmuebles. En busca de un estilo de vida urbano dentro de las grandes ciudades, como la propia capital del país, los millennials estamos dispuestos a vivir en departamentos más pequeños, si a cambio tenemos una ubicación cercana a nuestros centros de trabajo y contamos con una amplia oferta de esparcimiento en el barrio. Además, amenidades como gimnasios, centros de negocios o áreas para reuniones con amigos, son favorecidas y valoradas.

 

El último eslabón en la cadena es el cómo hacer llegar toda esta oferta, que ya existe o se encuentra en desarrollo, a las personas adecuadas. Aquí es fundamental contar con tecnología y recordar que las viejas estrategias publicitarias no funcionan; en general a los millenial no nos gusta que nos vendan. Buscamos información, tener datos, contar con asesoría y guía para hacerlo a nuestro ritmo; y como la primera generación de migrantes digitales, quienes vimos y ayudamos a hacer realidad la transición tecnológica y educativa hacia los estándares que tenemos hoy en día, esperamos soluciones digitales que simplifiquen el proceso. 

 

En los próximos años, los que pertenecemos a la población millenial nos convertiremos en el principal jugador del mercado inmobiliario y seremos la principal fuente de compra. Desde el lado de la oferta, nuestra tarea debe consistir en mejorar los procesos de venta para adaptarnos a las nuevas reglas, y dejar de lado los estigmas y prejuicios que existen hacia nuestra generación.

 

Las empresas e industrias que ignoraron los cambios o no les prestaron atención en su momento, ahora están en crisis al no poderse adaptar de cara al futuro. Como facilitadores y acompañantes en uno de los momentos más importantes en la vida de las personas, debemos trabajar para hacer de este, un instante que quede en su memoria por siempre.