La piratería en la transmisión del Super Bowl
Uno de los eventos deportivos más importantes a nivel mundial y el de mayor audiencia en EUA, el Super Bowl, como muchas otras categorías de entretenimiento, enfrenta a la piratería.
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Además de tener que mantener el entusiasmo de los millones de aficionados a este deporte, y de las estrategias comerciales y de difusión, la National Football League (NFL) debe implementar una serie de acciones para evitar el uso no autorizado de su propiedad intelectual, incluidos los derechos de radiodifusión del juego.
“El consumo de contenido digital pirata no es gratis, la moneda de cambio suelen ser el uso de los datos personales”, señala la maestra en Derecho del CETYS, Nathalie Canizales.
Explicó que estos derechos de radiodifusión comprenden no sólo las emisiones por TV y radio, sino también las plataformas digitales, los cuales son licenciados en todo el mundo a favor de cadenas televisivas o canales digitales, para asegurar que el evento llegue al mayor número de espectadores posible. Su costo suele ser una cifra millonaria debido al derecho de exclusividad que se otorga, al alcance del evento deportivo y a los gastos que deben cubrirse.
El auge de los servicios digitales ha incrementado los casos de piratería digital,
afectando especialmente a la industria deportiva con la transmisión ilegal de eventos en vivo o diferidos a través de Internet. Según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, este tipo de prácticas representa una pérdida de aproximadamente US$3 millardos para el sector.
El desafío es particularmente crítico para la NFL y otros organizadores deportivos en el caso de eventos en directo, ya que la inmediatez en la remoción del contenido es clave,pues el valor del juego radica precisamente en su transmisión en vivo, destacó la coordinadora de la Maestría en Derecho de CETYS Universidad, Campus Mexicali.
En México, la Ley Federal del Derecho de Autor obliga a los proveedores de servicios en línea (plataformas digitales) a implementar mecanismos que, de manera expedita y eficaz, remuevan, retiren, eliminen o inhabiliten el acceso a material protegido por derechos de autor o derechos conexos que esté alojado en sus sistemas; de lo contrario, las plataformas serían responsables de la presunta infracción.
“Aunque este procedimiento suele tener buenos resultados, persiste un inconveniente importante: el tiempo. La expeditez o eficacia que establece la ley no necesariamente se materializa en la práctica, pues el procedimiento podría tomar horas o días”, mencionó la especialista en Derecho.
Los desafíos que enfrenta la NFL y el resto de los organizadores deportivos en este
renglón, son muchos, por lo que la maestra Canizales planteó las siguientes
acciones:
-Desarrollar un mayor número de soluciones tecnológicas que impidan que el
contenido sea redireccionado a otras redes, para lo cual es necesario detectar
las vulnerabilidades de los propios sistemas.
-Iniciar los procedimientos administrativos de infracción a fin de obtener las
sanciones que desincentivan a los infractores y buscar que estas sanciones
sean ejemplares.
-Proponer reformas legales ajustadas a la realidad tecnológica que permita a
los titulares anticiparse a las herramientas de los infractores.
-Concientizar a la sociedad sobre el impacto que tiene la piratería digital no
sólo en el ámbito deportivo sino en todos los sectores de la sociedad.
“Aunque la visualización del contenido a través de plataformas no oficiales pudiera
parecer más barato, deben evaluarse los riesgos a los que se exponen los
consumidores.
“Estos riesgos se vinculan con el robo de identidad, secuestro de datos personales y con la instalación de softwares malignos en los equipos de cómputo. El consumo de contenido digital pirata no es gratis, la moneda de cambio suelen ser los
datos personales”, destacó Canizales.
Finalmente, recomendó consumir contenido oficial pues no sólo se respetan los
derechos de propiedad intelectual, sino que el consumidor no se expone a riesgos
innecesarios, además de apoyar directamente al deporte con su suscripción a los
canales autorizados.