La nueva realidad de los entornos laborales

 

El panorama laboral en México está experimentando una transformación significativa debido a diversas modificaciones a la Ley Federal del Trabajo (LFT) de  los últimos años, y por las discusiones sobre futuras reformas, las cuales buscan modernizar las relaciones laborales, mejorar las condiciones de los trabajadores y adaptarlas a las nuevas realidades del mundo del trabajo.


La nueva realidad de los entornos laborales
La nueva realidad de los entornos laborales

Sin embargo, la reducción de la jornada laboral sigue generando debates sobre su impacto real en la productividad y la necesidad de optimizar procesos.

 

Otro aspecto que tomó relevancia en materia laboral, fueron los factores de riesgo psicosocial, incluidos en la Ley Federal del Trabajo con la NOM 035, decretada en el 2018 (antes de la pandemia por COVID-19), y que motivó la actualización de la tabla de enfermedades de trabajo en 2024, con lo cual  le da mayor vigor a esta norma, que busca identificar, analizar y prevenir los factores de riesgo psicosocial en el trabajo, como el estrés laboral, la violencia laboral y la sobrecarga de trabajo, con el fin de promover un entorno laboral u organizacional favorable.

 

En México, el estrés laboral dejó de ser un tema secundario: se convirtió en una de las principales preocupaciones para la salud pública y empresarial. 

 

De acuerdo con un estudio realizado en 2024, el 75% de la Población Económicamente Activa (PEA) en el país experimenta niveles altos de estrés vinculados a su trabajo, y un 79% reporta consecuencias mentales asociadas directamente al entorno laboral.

 

Esta problemática, no solo afecta la calidad de vida de millones de personas, sino que también compromete el rendimiento, la productividad y la permanencia del talento en las organizaciones. Gracias lo cual otorga mayor relevancia al bienestar emocional, y se ubica tan prioritario como prevenir enfermedades muscoloesqueléticas, intoxicaciones, el síndrome del burnout que cada vez se reconoce más su impacto en la población mexicana.

 

Datos del estudio Better Work 2024, citan que sólo el 30% de los colaboradores en México considera que su empresa les ofrece beneficios ajustados a sus verdaderas necesidades.

 

Entre los factores más valorados destaca la protección, especialmente a través de seguros de salud y acceso a programas enfocados en la Salud Integral, seguida de cerca por la flexibilidad laboral. Esta percepción pone en evidencia que aún hay un gran camino por recorrer para generar una cultura de trabajo más centrada en las personas.

 

A esto se suma la creciente incidencia de enfermedades relacionadas con el entorno laboral, como la neumoconiosis, la pérdida auditiva, el dolor de cabeza crónico, las intoxicaciones por químicos y los trastornos musculoesqueléticos, como consecuencia de malas posturas o exceso de carga física.

 

Pero en los últimos años han cobrado relevancia nuevos padecimientos, como la fatiga visual digital, las enfermedades digestivas por estrés crónico y sobre todo, el burnout, reconocido ya como una enfermedad profesional.

 

La discusión en torno a la transición hacia una jornada laboral de 40 horas en México ha encendido el debate sobre el equilibrio entre productividad y salud mental. 

 

Sin embargo, especialistas en diseñar beneficios integrales para los empleados, destacan que más que un cambio legal, representa un ajuste cultural profundo.

 

Diversas voces expertas, legisladores y analistas coinciden en que una reducción de jornada podría traer beneficios significativos mayor tiempo de descanso, menor riesgo de enfermedades por sobrecarga, mejores condiciones para la conciliación familiar, siempre que se implemente de manera gradual y consensuada.

 

Un estudio titulado Work in Progress 2024, elaborado por la empresa de gestión de capital humano Buk, reveló que el 65% de los empleados considera que su productividad mejoraría si se aprueba la reforma que propone una jornada laboral de 40 horas semanales.

 

Además, el 81% de los mexicanos cree que la conciliación entre la vida laboral y personal mejoraría con la reducción de las horas de trabajo, y el 63% opina que dicha medida disminuiría su estrés laboral.

 

Los resultados de este estudio revelan el desfase entre las aspiraciones de los equipos de trabajo y la estructura organizativa de muchas compañías. 

 

El futuro del trabajo no solo depende de la tecnología o la legislación, sino de la capacidad de las organizaciones para construir entornos laborales más empáticos, saludables y humanos.

 

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