Realidades y desafíos para incorporar el potencial de la mujer al desarrollo de América Latina

 

Por Alberto Diaz, director general de FABRICLIC

 

Las mujeres destinan más del 70% de sus ganancias para su comunidad y su familia, mientras que los hombres sólo aportan entre 30% y 40% de sus recursos de acuerdo con la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresas.

 

Columna
Imagen: cortesía del autor

 

Actualmente, 117 millones de mujeres forman parte de la fuerza de trabajo en América Latina y el Caribe, lo que representa la cifra más alta en la historia de la región. En los últimos 50 años, la participación laboral femenina pasó de 20% a 65%.

 

En varios países, millones de mujeres siguen trabajando por cuenta propia e incluso sin remuneración monetaria en muchos casos o en condiciones de informalidad donde los ingresos varían en el día a día y la falta de sistemas de apoyo social las hace más vulnerables a las variaciones de mercado.

 

Por tradición y cultura, el mundo empresarial y de las decisiones económicas, es un mundo masculino, son escasas las referencias y autores que han abordado estas disciplinas desde una perspectiva de género, analizando las diferencias, aportes e impactos que provoca la incorporación de mujeres al ámbito productivo y más específicamente a la actividad emprendedora.

 

¿Por qué deciden emprender las mujeres?

México es el segundo país de América Latina, después de Chile, en el que las mujeres tienen mayores oportunidades para emprender, el Inegi detalla que entre las motivaciones que tienen las mujeres para emprender las más relevantes son:

 

  • 29% desea tener un negocio propio e independencia.
  • 20% tiene necesidad de elevar su calidad y nivel de vida.
  • 20% lo hace por gusto.
  • 18% busca continuar el negocio familiar.
  • 13% porque perdieron su empleo y decidieron emprender.

 

El empoderamiento y la autonomía económica de las mujeres son requisitos indispensables para el logro de la equidad de género y se encuentran estrechamente relacionadas con sus posibilidades de participar en el mercado laboral de forma activa.

 

Por ello es necesario, impulsar el talento emprendedor femenino, comprendiendo las características diferenciales del mercado de trabajo y de las actividades económicas donde participan varones y mujeres, identificando las habilidades y restricciones de ellas. (tiempo, responsabilidades en el hogar y  familiares a cargo)

 

Desde los gobiernos hasta la iniciativa privada, debemos trabajar en equipo a través de complementarnos para crear oportunidades que puedan contribuir al empoderamiento de las mujeres, tanto a nivel individual como colectivo y de esta forma ir avanzando en una agenda de temas que permitan estimar y definir cuáles son las mejores estrategias para superar las diferencias que aún persisten en la región.

 

 

Contacto: Linkedin  www.linkedin.com/in/albertodiazd